Esta dictadura de lo políticamente correcto es muy semejante al macartismo y en su matriz, un producto idéntico: una forma de puritanismo intransigente que pone la palabra libertad donde debe decir asfixia, pero siempre deja el pendón de la superioridad moral colocado, como el trémolante casco, sobre una cabeza angloprotestante.
El ayuntamiento de Los Ángeles ha votado suprimir el Día de Colón, fecha con que se honraba la memoria del hombre un dicho dicho ayuntamiento debe el mero existir. Es un gesto muy bonito que se ha creado un Día de los Pueblos Indígenas, que debía existir desde hace mucho tiempo, aunque es lamentable que sólo haya indígenas por los alrededores para celebrarlo. Y los que tienen un pasado español que tampoco quieren recordar pero gracias al cual sobrevivieron.
El señor concejal Mitch O'Farrell necesitaba un enemigo para prosperar y como lo necesitaba lo ha inventado y luego ha disparado. Pero ha disparado con mucho cuidado porque el sabe muy bien que solo el estado es disparar contra los símbolos que no representan nada significativo para los blancos protestantes. Y por lo tanto no se le ocurrirá, aplicando la misma lógica que el ha llevado a pedir la supresión del Columbus Día-si es que la lógica puede hablarse ante este disparate, y pido perdón a Aristóteles por ello-solicitar también que se elimine la fiesta conocida como Día de Acción de Gracias con que se celebra la supervivencia de los peregrinos del Mayflower y con ella el inicio de la ocupación de la América del Norte por los angloprotestantes.
O siguiendo el mismo principio, el señor O'Farrell debe pedir la eliminación del 4 de julio como fiesta nacional, ya que esta fecha marca el inicio de una extensión hacia el oeste que acabó con tantos indígenas que no hay cuántos de los mismos. Pero el señor O'Farrell no hace nada de esto porque sabe muy bien que si se atreviera a tocar uno solo de los símbolos con que se glorifica la presencia de los blancos protestantes en América no hay supervivencia en la escena de la oficialidad ni cinco minutos.
De la manera que se va a buscar los símbolos que destruyen para adquirir notoriedad allí donde sabe que el va a salir gratis y rentable, al mundo latino-católico. El señor O'Farrell se mueve estupendamente en un hábitat de reglas invisibles que conoce muy bien y sabe que atacar, denigrar, difamar, ofender o maltratar a los hispanos o a los latinos, a su historia ya sus símbolos tiene siempre buena prensa porque ofrece comodidad y autocomplacencia al que manda o, digámoslo con otros términos, excita el ego del grupo dominante en el territorio, el grupo al que conviene siempre tratar con suavidad porque cuando se enfada tiene siempre muy malas pulgas, cosa que el señor O'Farrell, como descendiente de irlandeses y wyandottas que es, sabe muy bien.
Es un mecanismo mental básico y eficaz: pero qué buenos somos nosotros y qué altos y qué rubios, y qué malos son ellos y qué morenos y qué bajitos. Vamos a echarles las culpas de todo lo que ya verás qué bien nos va. A ellos, pero no a los realmente destruyeron la nación wyandotta. Eso no se toca.
Sin embargo, puede el señor O'Farrell y los que han apoyado intentar destruir la historia y la memoria, como los talibanes los budas de Bamiyán (Afganistán), pero ni con cargas de dinamita se borrar el hecho de que viven donde viven y trabajan donde trabajan y crían a sus niños donde los crían, porque un italiano llamado Cristóbal Colón con un barco español y con la protección de una reina española atravesó un océano que nunca antes nadie había atraído a atravesar.
Todos y cada uno de los que han votado por la supresión del Columbus El día se obliga al italiano Colón ya la reina española Isabel la vida que tienen. Y cuando uno no se preocupe, si no es un animal ignorante, lo que debe hacer es mostrar gratitud.
Categories:
Actualidad
0 comentarios: