Cuando Allan George Matthews le quitó el testículo a otra persona en un motel de Port Macquarie, pensó que estaba haciendo lo correcto. El joven de 58 años, que no es médico, se encontró en una situación espeluznante en mayo de 2016 luego de responder un anuncio en las redes sociales en el que solicitaba ayuda con un problema médico. El anuncio fue publicado por un hombre de 52 años sin nombre que busca someterse a una cirugía de confirmación de género de hombre a mujer.
Matthews ofreció voluntariamente sus servicios para el procedimiento de bricolaje, diciéndole a su futura víctima que estaba "entrenado médicamente y que tenía un extenso botiquín médico y que estaba feliz de ayudarlo a seguir su camino". Para el registro, esa formación médica existía de un certificado de primeros auxilios y algo de experiencia veterinaria.
No es sorprendente que las cosas no hayan ido bien. Después de la cirugía del motel, los dos intercambiaron varios textos sobre la herida llorando y, en 10 días, el "paciente" había visitado su médico de cabecera local para obtener una segunda opinión. Al darse cuenta de que algo muy malo había sucedido, el verdadero médico les dijo que fueran al hospital. El paciente luego se sometió a una cirugía en el Hospital Base de Port Macquarie.
El mes siguiente Matthews fue arrestado y acusado por su extraña y equivocada pieza de caridad. Cuando la policía registró su casa en Glen Innes, confiscaron equipo médico y electrónico, armas de fuego y varias botellas de una sustancia que parecía ser nitrato de amilo. Matthews se declaró culpable de una serie de cargos que incluían daños corporales graves e imprudentes y admitió que no tenía ninguna calificación médica en absoluto.
Mientras que algunos imitan a los médicos por las recompensas financieras obvias, Matthews no parecía estar motivado financieramente, y no buscaba ningún pago por su papel. Más bien, el ex ingeniero de aviación parecía estar impulsado por una extraña sensación de altruismo, admitiendo que sentía lástima por la víctima.
En la sentencia de este mes, el juez Clive Jeffreys dijo que con un caso tan extraño, estaba luchando por encontrar otras instancias similares para informar su decisión. Pero notó que Matthews había mostrado contrición por su papel, y era poco probable que volviera a delinquir o se encontrara nuevamente en una situación similar. Observó que Matthews estaba claramente arrepentido, y era más una situación de extrema ingenuidad que malicia. Finalmente, tuvo en cuenta el hecho de que Matthews ya había sufrido las consecuencias de sus acciones cuando perdió su trabajo.
En última instancia, el juez se abstuvo de aprobar una sentencia, colocando a Matthews en un vínculo de buen comportamiento durante cinco años por causar daños corporales graves y daños corporales imprudentes.
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